UNA NOCHE CON ADELA, de Hugo Ruiz

 

— No, si ya lo decía el mismo director en la presentación, que era consciente que se trataba de una película que no iba a gustar a todo el mundo.

— Pero me reconocerás que tiene un arranque estremecedor, y que el plano secuencia le da a toda la película un atractivo especial.

— Sí, Jesús, lo reconozco, el arranque es estremecedor, y de hecho las expectativas del espectador se animan mucho después de ese principio, pero no me negarás que después se desinfla, y bastante, hasta llegar a la segunda parte. Porque creo que la película tiene dos partes, muy diferenciadas, y que la primera, en mi opinión, es un relleno para justificar que la película no sea un corto, porque se podría haber resuelto así, como un corto.

— Sí, puede ser, pero sin esa primera parte no habríamos tenido la oportunidad de disfrutar de la soberbia actuación de Laura Galán, que lleva, ella sola, el noventa y nueve por ciento del peso de la película. La rodó justo después de Cerdita, y admiro su capacidad para aguantar los primeros planos, y su forma de hacer valer su físico, sin esconder absolutamente nada. Lo veo como un ejercicio de valentía y reivindicación de su cuerpo, que despierta mi admiración a su labor.

— En eso te doy la razón. Es un monstruo interpretativo. A medida que avanzaba el metraje notaba que me iba agobiando con ella, respirando fuerte como ella, sintiendo ese mismo dolor que siente ella cuando sube al camión, o cuando arrastra un objeto pesado. Llegó un momento en que tuve que salirme unos segundos de la película para respirar, para coger aire, fue una sensación muy lograda. Lo dijo Hugo Ruiz en el coloquio, que quería hacernos participar de la naturaleza de Adela, de su innegable esfuerzo físico permanente, y desde luego lo consigue.

— Me parecieron muy acertados, para sostener la difícil primera parte de la película, con una Adela ejerciendo de basurera, los diálogos con Gemma Nierga y las intervenciones de la protagonista en Hablar por Hablar, mítico programa de radio que yo escuchaba hace muchos años, y que descubrió una forma de hacer radio que después se ha extendido mucho. Me gusta especialmente la escena en que Adela se baja del camión a comprar una bebida en una gasolinera y deja a Gemma colgada en antena. ¡Qué bien reflejan el director y la locutora los momentos incómodos de la radio! Me pareció una escena magistral.

— Sí, es un acierto. Al principio me desconcertó un poco porque no caí en la cuenta que esa conversación con Gemma no tenía nada que ver con lo que ocurre al principio, pero a medida que avanzaba deduje que nos esperaba algo bueno. Por eso te decía que las expectativas se inflaban y se desinflaban a cada momento. Me encantó lo que nos contó Hugo sobre Gemma, que no lo dudó un momento a la hora de hacer el papel, un papel muy importante, por cierto.

— Adela solo desaparece dos veces en todo el metraje, en la escena de la gasolinera, y cuando ya en la casa se va a la ducha y deja al espectador viendo la TV y conociendo las singulares andanzas de las aves, en este caso del cuco.

— Lo del cuco me pareció una frikada, qué quieres qué te diga. En ese momento pensé que al director no le interesa el espectador inteligente, sino el espectador paciente, capaz de tragarse una escena de tres minutos que no le aporta nada ni a la trama ni al contenido. De hecho se lo dije en el coloquio, que al final me metí en la escena y me dispuse a tragarme la vida y andanzas del cuco. Me hizo mucha gracia cuando Paco Martínez confesó que la voz del locutor era la suya.

— Es a partir de esa escena cuando la película pega un giro magistral que te deja con la boca abierta y le da sentido a toda la historia.

— Hasta el punto de conseguir que se te olvide por completo lo que ha ocurrido en la primera parte, y no pienses siquiera en esos posibles cabos sueltos que de hecho se quedan así, sin respuesta.

— Posiblemente esos cabos vuelvan a encontrarse. El director nos dijo que "Una noche con Adela" solo es la primera parte de una trilogía, que se completará con “Dante de noche” y “La noche de Domingo”. Ya tiene escritos los tres guiones: “Son tres historias auto conclusivas y que suceden en la misma noche y la misma ciudad, Madrid. Y habrá vasos comunicantes, de manera que cuando veas ‘Dante de noche’, te darás cuenta de que está pasando a la vez que ‘Una noche con Adela’. Pero no tiene nada que ver una con la otra. La segunda es una historia de cine tarantiniano con influencias del cine quinqui. Cuando la gente vea el final de esta película le va a explotar la cabeza”. Eso dijo Hugo

— Lo que sí hay que reconocer es que la película ha costado cuatro duros, y se salva por el guión, las interpretaciones y la fotografía de Diego Trenas, que ha sido nominada a los Goya. A ver, algo tiene que tener para que en Tribeca le hayan dado el premio al mejor director novel, por una película rodada en apenas una semana y en plano secuencia.

— El director contó en que se basó para hacer la película: “Estaba viendo una película alemana, Victoria, en la que la protagonista es Laia Acosta, y que cuenta en plano secuencia la historia de una chica española en la noche berlinesa. Me gustó mucho, y pensé que me fliparía contar una historia así, un plano secuencia por la noche. Yo, desde pequeño, siempre he tenido una especie de obsesión con los barrenderos. Pensé que debería contar la historia de una barrendera; además, de una barrendera poderosa. Y creé la historia”

— Es la típica película que cuando la ves te impacta, pero no sabes muy bien por qué. A ti te ha impactado de manera diferente. Yo he llegado a pensar que era una quedada, un timo, que no había ninguna necesidad de alargar artificialmente la primera parte para llegar a la segunda, pero a medida que hablo contigo, que medito sobre las motivaciones del director, sobre el esfuerzo que ha supuesto crear algo así, creo que podría llegar incluso a cambiar de opinión. Fíjate, cuando terminó pensé incluso que había sido una broma pesada de los Zoco (se emitió el 28 de Diciembre), pero es verdad que después de eso, de ese impacto inicial negativo, se fue diluyendo la sensación durante el coloquio, y sobre todo con tus apreciaciones. Es una muestra más de que el cine es algo vivo, sobre lo que se puede, y se debe, debatir, analizar y buscar motivaciones.

— Creo que es un director a seguir, Félix

— Habrá que ver ese Dante, Jesús. Un placer charlar contigo.

 

Esta reseña posiblemente no se habría producido sin la motivación que recibí para escribirla por parte de Jesús Escudero, de cines Zoco, cuyas aportaciones, algunas de ellas reflejadas de forma literal, forman el cuerpo principal de la misma. Mi agradecimiento y admiración

 

 

 

 

 

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